Desde las filas del Partido Socialista español se ha
recibido con gran entusiasmo la victoria de François Hollande en las elecciones
presidenciales francesas pero, ¿es realmente el socialismo el que ha ganado en
Europa?
Es creciente –y preocupante- la representación de partidos
de extrema derecha en muchos países de Europa, empezando por Alemania. En
Sajonia, región de Alemania donde me encuentro, el NPD ha tenido
tradicionalmente representación, y cada 13 de febrero se “celebra” una
manifestación neonazi rememorando el bombardeo de la ciudad en 1945. Al final
lo único que se consigue es que haya más policías y manifestantes en su contra.
Pero no deja de ser alarmante para la sociedad alemana la
deriva de cierto sector de la sociedad. Como “curiosidad” aquí tenéis el cartel
que el partido de extrema derecha NPD puso justo encima del búnker donde pasó
sus últimos días Adolf Hitler, enfrente por cierto del monumento a los judíos
víctimas del Holocausto.
En el caso de Francia, Marine Le Pen, candidata del partido de ultra derecha Frente Nacional, ha obtenido unos
resultados aún mejores que los de su padre en las presidenciales de 2002 cuando
con un 17% desbancó al socialismo de la segunda vuelta -resulta llamativo que los mejores resultados fueran cosechados en regiones como Marsella, dónde más inmigración hay-. En ese momento, los
votantes de izquierda eligieron masivamente a un Jacques Chirac que conseguiría el 82% de los
sufragios. Ahora, aunque no ha pasado a la segunda vuelta, resulta significativo
que el 19% de los franceses se decantara por el Frente Nacional.
Nikos Michaloliakos (derecha) líder del partido Amanecer Dorado. |
En Grecia, el PASOK (Partido Socialista griego) ha sido
desbancado del segundo puesto por la izquierda más radical, y por otra parte,
ha entrado en el Parlamento el partido Amanecer Dorado, con un 6’8% de los votos y 21 escaños. Este
partido, con simbología que recuerda a la propia esvástica y con un discurso
ideológico nada maquillado, es el que personalmente me resulta más preocupante.
En Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Noruega (con un atentado
perpetrado por Anders Breivik en 2011 incluído), Bulgaria y Hungría hay
ejemplos de partidos con mayor o menor peso en el Parlamento.
Creo que en épocas de crisis se acentúa el locus de control
de la sociedad frente a políticos, banqueros o precisamente, inmigrantes.
Frases como, “nos quitan el trabajo” se repiten, y es una cuestión que los
gobernantes de toda Europa no deberían dejar de lado.
“Quien no aprende de su historia está condenado a repetirla”
Jorge Santayana
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