sábado, 2 de junio de 2012

Una más que posible solución: los Eurobonos

Artículo publicado el 7 de junio de 2012 en el Diario de Alcalá. 

Hartos estamos todos -o al menos yo- de palabrejos como los spreads de deuda soberana, los tipos de interés, el bund alemán, los CFD's, los recortes y hasta de la Copa del Rey, en la que se mezclan churras con merinas. Para todo creo que existe una solución, pero bien sabemos que nunca llueve a gusto de todos.

La salida pasa por la archienemiga palabra de Ángela Merkel: los Eurobonos. Eso supondría un magnífico cortafuegos para el incendio que está quemando a la sociedad europea, además  de dotar a Europa de unidad financiera -que no fiscal-. En tal caso, países como España pagarían mucho menos para financiar su deuda en el mercado. Actualmente España presupuesta 29.000 millones de euros en intereses que suele pagar a un tipo de interés del 6 % -letra a diez años- mientras que Alemania se encuentra en el 1'4%.

Si se emitieran Eurobonos, el riesgo se compartiría y por tanto el tipo de interés se compensaría. Alemania pagaría más por su deuda -por lo que a priori resulta lógica su oposición-, y España y los demás países mediterráneos verían reducida esa presión de los mercados que hace que tal cantidad de dinero se dedique a pagar intereses en vez de a educación, sanidad, infraestructuras o investigación. Haciendo una sencilla regla de tres y suponiendo que esos Eurobonos se vendieran al 2'5% podríamos observar que se ahorrarían 17.000 millones de euros. Creo que no es una cantidad para nada despreciable.

En Alemania esto es muy impopular. Si Merkel accediera se olvidaría de ganar las próximas elecciones, sobre todo después de los reveses que se está llevando su partido en las últimas elecciones regionales -en Renania obtuvo su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial-. Pero Alemania se está beneficiando enormemente de esta situación a la hora de financiar su deuda. Los que compraban antes deuda a España y compañía, ahora compran a Alemania como activo refugio, incrementando la demanda y haciendo que el precio del endeudamiento alemán se reduzca -pagando ahora menos intereses que antes de la crisis-. De lo que los alemanes no se dan cuenta, no es sólo que nuestra deuda viene en gran parte de comprar sus productos, sino que si la eurozona no sale de esta, ningún griego italiano o español comprará sus mercedes de aquí a unos años y su locomotora empezaría a griparse de verdad.

Aun así, hacen falta muchas y buenas reformas. No todas son recortes, y los problemas de ahora vienen por tiempos de desmanes pasados en los que parecía que el dinero del contribuyente no era de nadie. Hay mucho margen en la administración pública para invertir los recursos más eficientemente incluida la universidad o la sanidad sin que ello tenga que significar una reducción de la inversión. Hay que hacer sí o sí una renovación para evitar que de aquí a unos años volvamos a la misma situación, y la emisión de Eurobonos no puede ser ni por asomo una excusa para relajarnos en dicha anhelada renovación de la Administración.

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