Artículo publicado el 7 de junio de 2012 en el Diario de Alcalá.
Hartos estamos todos -o al menos yo- de palabrejos como los spreads de
deuda soberana, los tipos de interés, el bund alemán, los CFD's, los
recortes y hasta de la Copa del Rey, en la que se mezclan churras con merinas. Para todo creo que existe una solución, pero
bien sabemos que nunca llueve a gusto de todos.
La salida pasa por la archienemiga palabra de Ángela Merkel: los Eurobonos.
Eso supondría un magnífico cortafuegos para el incendio que está quemando a la
sociedad europea, además de dotar a Europa de unidad financiera -que no
fiscal-. En tal caso, países como España pagarían mucho menos para financiar su
deuda en el mercado. Actualmente España presupuesta 29.000 millones de euros en
intereses que suele pagar a un tipo de interés del 6 % -letra a diez años-
mientras que Alemania se encuentra en el 1'4%.
Si se emitieran Eurobonos, el riesgo se compartiría y por tanto el tipo de
interés se compensaría. Alemania pagaría más por su deuda -por lo que a priori resulta
lógica su oposición-, y España y los demás países mediterráneos verían reducida
esa presión de los mercados que hace que tal cantidad de dinero se dedique a
pagar intereses en vez de a educación, sanidad, infraestructuras o
investigación. Haciendo una sencilla regla de tres y suponiendo que esos
Eurobonos se vendieran al 2'5% podríamos observar que se ahorrarían 17.000
millones de euros. Creo que no es una cantidad para nada despreciable.
En Alemania esto es muy impopular. Si Merkel accediera se olvidaría de
ganar las próximas elecciones, sobre todo después de los reveses que se está
llevando su partido en las últimas elecciones regionales -en Renania obtuvo su
peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial-. Pero Alemania se está
beneficiando enormemente de esta situación a la hora de financiar su deuda. Los
que compraban antes deuda a España y compañía, ahora compran a Alemania como
activo refugio, incrementando la demanda y haciendo que el precio del
endeudamiento alemán se reduzca -pagando ahora menos intereses que antes de la
crisis-. De lo que los alemanes no se dan cuenta, no es sólo que nuestra deuda
viene en gran parte de comprar sus productos, sino que si la eurozona no sale
de esta, ningún griego italiano o español comprará sus mercedes de aquí
a unos años y su locomotora empezaría a griparse de verdad.
Aun así, hacen falta muchas y buenas reformas. No todas son recortes, y los
problemas de ahora vienen por tiempos de desmanes pasados en los que parecía
que el dinero del contribuyente no era de nadie. Hay mucho margen en la
administración pública para invertir los recursos más eficientemente incluida
la universidad o la sanidad sin que ello tenga que significar una reducción de
la inversión. Hay que hacer sí o sí una renovación para evitar que de aquí a
unos años volvamos a la misma situación, y la emisión de Eurobonos no puede ser
ni por asomo una excusa para relajarnos en dicha anhelada renovación de la
Administración.
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